¿Qué ha sido para mí empezar de nuevo?
Reescribí mi historia. Antes de dejar las drogas, mi historia era que yo era un desastre, me sentía una mujer volátil, inestable, insegura y una dramaqueen. En el fondo sabía que nunca estaría bien. Nunca lo lograría, siempre estaría en relaciones tumultuosas, nunca seguiría adelante con nada, y siempre sería una bulímica, fumadora empedernida y una zorra adicta que abusa del alcohol y las drogas. Esta era mi historia. Esto era lo que se me pasaba por la cabeza día tras día, a veces minuto a minuto. Estoy intrínsecamente jodida y siempre lo estaré.
Pero luego cambié una línea de mi historia. Deje de culparme de todo, de sentir que no era nada ni podría llegar a ser nadie, en otras palabras, dejé de odiarme. Fue entonces cuando el resto fue encajando poco a poco, porque no podía detenerme ahí. Conseguí dejar de beber, dejar de fumar, dejar de usar drogas de cualquier tipo, ya no quería tapar el dolor ni quería tapar quien soy. La verdad es que no importa lo que pensemos que somos, siempre estamos cambiando, siempre evolucionando, minuto a minuto. Hoy mi historia no es la misma mierda triste de la que me había aferrado toda mi vida. Es una historia de esperanza, una historia de valor y una historia que sigue evolucionando.
Me enamoré de mí misma. Se que suean a cliché. Casi me hace vomitar, es un cliché. Pero es tan cierto. No puedes amar otra cosa hasta que realmente te ames a ti misma. Y en algún momento, eso es exactamente lo que pasó. Me enamoré loca y profundamente de mí. Esto no significa que no siga odiandome a veces o que siempre esté feliz y contenta. Todavía hay peleas dentro de mí, todavía mi adicción se despierta de vez en cuando para recordarme que cerca sigo estando de ella. Pero finalmente sé lo que significa elegir por mí y amarme exactamente como soy, con todos mis defectos y mis problemas. Y esto comenzó con en el primer mes de la mejor decisión que tomé en mi vida: elegí estar sobria, sin importar lo que los demás sintieran o pensaran.